El HOMBRE DE LA TIERRA

Jon Zaharra es un sabio profesor de Historia que tras diez años como docente, decide dejarlo todo atrás. En su último día, antes de marcharse, sus compañeros de profesión (su novia , un divertido biólogo, un arqueólogo chuleras, un psicólogo tenaz y duro, un antropólogo apasionado, una experta en arte y religión y una joven estudiante) deciden reunirse con él en su casa de campo en busca de explicaciones, y Jon, al principio reacio, acabará por confesarles una historia sorprendente y tremendamente inverosímil.

La historia que se nos cuenta transcurre sin apenas sobresaltos y a un ritmo bastante pausado pero gracias a sus diálogos, interpretaciones e historia en general no resulta en ningún momento aburrida o lenta. Y ahí radica la dificultad, ¿Cómo se consigue que con estos ingredientes (a priori modestos) nos quedemos pegados en la butaca?, pues gracias a la intriga, la siembra de la pequeña semilla de la duda que despierta uno de nuestros rasgos humanos más primitivos; la curiosidad. La curiosidad que nos hace interesarnos sobre la veracidad de la historia y el ¿Por qué de esta?. Para que esta curiosidad no se esfume con el paso de los minutos es necesaria una gran tensión implícita en el transcurso de la trama, magistralmente escrita por Jerome Bixby e impecablemente interpretada por el gran elenco de actores.